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¿QUÉ ES LA APROPIACIÓN SOCIAL DE LA TECNOLOGÍA?

martes, 22 de mayo de 2018

Se refiere a la forma en que los grupos humanos se apropian de las tecnologías. Es decir, que además de conocerlas y tenerlas, se utilizan de manera efectiva y competente en sus diferentes actividades.


La Apropiación Social de la Tecnología es un proceso que tiene que ver con las motivaciones e intereses de las personas, además, se debe dar una mirada a nuestro alrededor para identificar a los otros participantes:

Como todo proceso, la Apropiación Social de la Tecnología persigue un fin. En definitiva, para el caso que nos acoge, dicho fin se centra en la construcción de un proyecto educativo que incorpore las TIC dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. Es por ello que es necesario que las personas asuman un compromiso, pero también, que se definan acciones claras para la construcción del proyecto educativo; es decir, en esta parte se somete a un diálogo sobre el papel de los participantes:
¿Cuál es el papel de...

  • Director/a?
  • Docentes?
  • Estudiantes?
  • Padres y madres de familia?
  • Entre otros? 
Lo anterior es importante porque permite trazar la ruta hacia la definición de los siguientes aspectos:
  • Compromiso y acciones (director/a, docente, estudiante, padre y madre)
  • Búsqueda de apoyos (municipalidad, ONG, empresas, otros)
  • Liderazgo y organización (proyectos educativos y comunitarios, desarrollo social y educativo)
Por ultimo, una de las preguntas más importantes dentro del proceso de construcción de la Apropiación Social de la Tecnología es: ¿Cuál es el papel que juego yo?


LA APROPIACIÓN SOCIAL DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

Hablar sobre este tema no es una tarea sencilla, ya que involucra a la persona dentro de un proceso de desarrollo que no depende únicamente del objeto tecnológico en sí mismo, sino de la relación entre ambos. La apropiación de la ciencia y la tecnología se puede enmarcar bajo dos corrientes: La primera posición –en concordancia con una teoría positivista– sostiene que la ciencia es independiente de quien la conoce y la práctica, que es universal y neutral. Desde la esta postura la población es un simple usuario de la ciencia y la tecnología, por lo que se deben de enseñar en las escuelas y universidades como saberes universales.

La segunda posición considera que la ciencia y la tecnología no son, en ningún caso, ajenas al contexto, que dependen de la visión de mundo de los individuos que trabajan con ellas y que, en ciertos casos, puede convertirse en una práctica de poder. Esta última idea propone que la ciencia debe ser adaptada para dar soluciones contextualizadas y acordes a las necesidades de la sociedad, y como ejercicio democrático en la construcción del conocimiento (Aguirre, 2011).

La discusión que nos atañe debe centrarse sobre lo que podría entenderse por apropiación de las tecnologías. Se parte del hecho de que el primer paso para lograrlo es facilitar el acceso de la población a ella, pero lo cual no garantiza su apropiación debido a que existen diferencias culturales importantes entre los diversos grupos poblacionales. Por lo tanto, en primer lugar se debe reconocer la importancia de la existencia de múltiples saberes, cuyo encuentro no solo garantiza la aparición de soluciones contextualizadas y acordes a las necesidades de cada sociedad, sino también, el ejercicio democrático que incorpora la diversidad cultural en la construcción del conocimiento y en la apertura de espacios de inclusión y participación activa para los distintos actores sociales.

Siguiendo la línea anterior, el uso de la noción de “Apropiación Social de la Ciencia y la Tecnología” debe conllevar una iniciativa mediante la cual se reconozca la necesidad de validar, utilizar y construir conocimiento a partir de las necesidades y decisiones particulares para diferentes contextos, además de la generación, utilización y transmisión del saber científico y tecnológico no solo por los grupos avalados como productores - públicos o privados, tales como instituciones académicas, centros de investigación o empresas, sino también, y principalmente, por actores que no han sido reconocidos dentro de estos procesos – incluso por ellos mismos debido a las formas tradicionales de producir, consumir y transmitir la ciencia y tecnología en cada país (Aguirre, 2011).

Esta noción actúa de manera muy similar a la idea de empoderamiento tecnológico, entendido como un proceso por medio del cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo, desde el colectivo, la integración y la cohesión social, para impulsar y generar cambios positivos de las situaciones en las que viven; es decir, la tecnología se convierte en una herramienta para lograr cambios y transformaciones en los hábitos, que lleva a las personas a asumir desde sí mismas y los otros la responsabilidad sobre su contexto para mejorar la calidad de vida de las personas (González, 2016).


El empoderamiento y la apropiación forman elementos claves y fundamentales, ya que permiten a las personas la utilización de herramientas tecnológicas, no como una obligación o imposición, sino más bien de manera inherente, perenne y responsable tanto consigo mismas, desde un plano individual, como con los otros, dentro de un entorno social y cultural.

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